lunes, 29 de abril de 2013

LAS FLORES DE MI PATIO


Después de los desvelos, de las heladas, después de abonar, trasplantar, podar, tirar con un suspiro las que no han sobrevivido para otra primavera...Llegan. Pocas palabras para lo indescriptible: la cualidad de la luz, el rocío posado sobre las hojas, el olor a tierra húmeda, los colores.... mis flores.

























sábado, 13 de abril de 2013

LA SERENISSIMA



Venezia es el nombre de la que otrora fue la Cortesana más bella, más exótica, más refinada y más fuerte del mundo. Hoy a mí se me antoja una dama muy mayor que se pone sus colores y sus pendientes bizantinos, pero a la que gusta levantarse tarde y acostarse muy temprano. 
No comprendo esa fijación romántica de estilo dulzón de recién casados por esta ciudad, que es toda callejones y vericuetos, que invitan al sexo furtivo y a la puñalada artera, ciudad que serpentea por unas aguas que corren y corren y callan y guardan.


Y no es que lo diga yo





En unos segundos estás rodeado de gente, en aún menos tiempo te hallas solo - ¿o aislado? en un cortile que tiene más esquinas de las que puedes contar, entre fachadas solapadas y ventanas de postigos cerrados, ojo,  cerrados, que no ciegos.
Es la mejor ciudad del mundo para callejear, no existe la línea recta, de un sottoportego a una terraza sin salida, a un puente, a una calleja que cuyos limites abarcas con los brazos....En silencio, se camina entre el repentino aleteo de las palomas alzando el vuelo al sentir de una presencia.




Es curioso, como natural de Madrid, al principio me resistía a nadar por esos rincones (rincón a rincón, son las piezas del puzzle: la ciudad completa). Además, a veces tienen un tono tétrico-peligroso extra: los adolescentes de allí deben ser bastante lerdos, porque la pintarrajean mucho, igual se creen que todos tienen el privilegio de nacer en una obra de arte, que puñeta, no creen nada, no piensan en nada, edding en mano. Hasta que tomé buena cuenta de una anciana muy muy bien vestida hablando por su móvil de diseño, pasito a pasito...(ejem...destilaba parné) Suena mal decirlo, pero quién iba a darme el palo a mi, con unos vaqueros desgastados, una mochila cutre y piernas ágiles teniendo presas como esas.
Después casi me parto la crisma con un escaparate. Es que la luna estaba tan impoluta, tan increíblemente limpia que no se percibía. No he visto escaparate igual, creí que los artículos (bolsos, guantes, trajes) estaban expuestos al aire y que quizás una chapa se deslizaba abajo a la hora del cierre. Y esa tienda no estaba en una vía principal, estaba enclavada entre mitad de ningún sitio y alguna esquina. Ese golpón en la frente terminó de relajarme y a partir de ahí vagué sin miedo.
No se si lo de los canales que huelen es cierto o no. Yo la he visitado en temporada baja, cuando el sol es un algodón, levemente dorado y pálido.
Me alojaba en Lido, porque allí los hoteles son más baratos, aún cuando le añadas el extra de los vaporetti.


El Hotel, una Villa preciosa, pero interiormente con las moquetas más pegajosas que quepa imaginar. Cruj-cruj.
Ese señor salió para estropearme la foto. 


Además, era fantástico viajar por la Laguna todas las mañanas temprano, un delirio para pellizcarse, ver acercarse, gradualmente, entre las aguas, la fachada rosada del Palacio Ducal.


Detalle. Entre esas dos columnas se impartían castigos ejemplares y sentencias. 


Uno de mis sueños sería poder vivir en Venecia durante un año, para apreciar el cambio de las estaciones, el cambio de la luz, para poder ir a sentarme en los escalones de Salute durante una tarde y otra y otra más, sin freno, simplemente sentarme allí sin límite de tiempo. También podría buscar los cuadros de Canaletto sin prisa y apreciar como el muy cuco distorsionaba levemente las perspectivas o añadía fantasías.


No se aprecia demasiado bien. Rio dei Mendicanti.


Rio Dei Mendicanti.


Y justo, si te das la vuelta en ese puente ves..San Michele., el cementerio.. Si algo asi no es grandioso...


Una excusa divertida y barata para ir de un lado a otro, es comprarse, por un -relativo- módico precio lo que llamábamos Bono- Chiese. Te da acceso "gratis" ( o más barato que si lo hicieses de vez en vez) a un buen montón de iglesias, repartidas por toda Venecia. Te adjuntan un mapa de localizaciones y es ir como a la búsqueda del tesoro. Y pasas por aquí...




Y llegas a...


Miracoli. 


San Giorgio Maggiore


San Pietro del Castello


San Giacomo dall'Orio


 Detalle.  Monumento fúnebre a Antonio Canova en Santa Maria Gloriosa dei Frari

Una anécdota curiosa es la de una iglesia que no lográbamos encontrar. Vueltas y vueltas, Venecia es complicada, pero aquello pasaba de castaño oscuro. Y soy muy puntillosa con aquello de los "perfects". Si el bono eran 21 iglesias, en mi mapa han de aparecer tachadas todas y cada una. 20 no valen. Me importa un bledo el dolor de pies. Son 21. Pues bien, he aquí la entrada a dicha iglesia:



 La increíblemente difícil de encontrar San Giovanni Elemosinario!



Encima de ella hay viviendas y la puerta está, evidentemente, sepultada por uno de esos puestos de encaje de Burano que los nuevos ricos chinos se llevan por toneladas. No dudo de que sean muy dificultosos  de elaborar pero... Pressiossos, y tan gönitos ellos, me los imagino, encima de televisores y en respaldos de sofá...Ouch.




Ya puestos a comentar los productos típicos, diré que las mascaras me dan yu-yú, aunque me parecen una opción muy respetable para los amantes del S/M.





Otro buen producto son lo que yo denomino "guarrerías". Hay falanges, cráneos, tibias, manos completas, prepucios ( sí, digo bien, en plural. Da que pensar, ein?) y trocitos de huesecillos sin fin apolillándose entre algodoncillos y muuuucho oro. No lo veo normal, ese culto morboso a las osamentas y a los cadáveres resecos. 
Del cristal de Murano, pues nada, existen desde pendientes hasta Cristos tamaño real, hay un producto de Cristal de Murano para todos los gustos. 
También he de comentar que tanto monumento religioso acaba por saturarme y cometo pequeños actos poco piadosos (pero no vandálicos) que no voy a relatar. Debe uno de refrescarse con otro tipo de maravilla:


Palazzo Cavalli- Franchetti, Salute al fondo, una pena que estuviese en obras


O mirar una de las cientos de casas que bien podrían ser La Casa De Mis Sueños.


O admirar la típica-típica estampa de Venecia, y no por típica menos hermosa.

Otra cara de Venezia son sus museos, pero como soy muy educada y dicen "Fotos-No" yo no saco fotos, aunque el resto de la humanidad sí que lo hace. Y está esa cara de Venezia que me está vedada: la vida en las casas privadas, esa que desarrolla en los jardines, detrás de los muros, que adivinas permanentemente.

Santa Elena, un barrio precioso, con un árbol Ginko dorado y espectacular que huele un poco de puzza.





Santa Elena

Venezia hay algo que no tiene.
Venezia no tiene fin.

viernes, 12 de abril de 2013

HABLANDO DE LAD







O, más bien, regresando al hilo que me hizo pensar en el post sobre libros de segunda mano. "Lad, un perro" de Albert Payson Terhune.
Aburrido, previsible...pero también entrañable y muy curioso. Decididamente este hombre carecía de la pasión, de la sangre hirviente de Jack London, pero es indudable su amor y su respeto por su perro, su héroe canino, al que describe sin descanso colmado de virtudes: paciencia, ciega obediencia, dulzura, apostura y carácter  Terhune tiene esa debilidad que tenemos muchos de los amantes de los perros, la debilidad por una raza, en su caso los Collies.



Al principio, y hasta que no se le pilla el tono, irrita. Esta ciento por ciento convencido de que los seres humanos son, -y deben ser- una Deidad Suprema para los canes. Y menciona algo llamado el "latigo para perros". Y uno frunce el ceño y se pregunta que coño se ha comprado.
Y luego vienen las aventuras de Lad, que, en principio debido al tono realista y monocorde del libro, inclinan al lector a pensar que es todo una invención. Lad, justiciero del débil, Lad, látigo del malvado, Lad triunfante. Y me parecía horrorosamente cursi su nombre mismo ( Lad, "muchacho") teniendo en cuenta que la perrita de la casa era otra Collie: Lady.
Pese a ser un libro breve, me costó mucho leerlo hasta el final y lo intercalé con muchos otros, más animados -esto incluyó Los Diarios de Lord Byron, que da mucho tono, pero del que sacas poco en claro, debido a la inmensa cantidad de personas mencionadas que no tienes ni P idea de quienes eran- ....hasta que llegué al epilogo.
Está escrito desde el corazón, pero con cuajo y con templanza, y libre de ese tono encorsetado del resto de la novela. Habla el autor, sin artificios. Y creo a Albert Payson Terhune, después de ese soniquete de correrías cursilonas, le creo, creo que todo cuanto contó es cierto. Extraño, aburrido, capaz de emocionar, y mucho,  solo con unas palabras finales. En esto consiste leer. Supongo.