miércoles, 28 de octubre de 2015

FALL

No tengo ni idea de que cocinar con una calabaza, pero era tan bonita que la compré. Algo me inventaré, tengo un calabacin y unos champiñones sueltos en la nevera.


Hace muchos años soñaba con vivir en un lugar dónde los cambios de estación se notasen de forma relevante. Ahora, si yo si tuviera que promocionar a saco un aspecto del clima de UK, sería sin duda el otoño. Es glorioso, dorado, rojizo y apabullante, el sol se muestra de un dorado profundo, contra los cielos violáceos de lluvia y entonces el viento sopla en suaves remolinos  y de las ramas de los árboles cae lo que solo se me ocurre describir como hojas de oro. Hasta el sonido que producen es maravilloso, como un susurro crujiente. Están los setos cuajados de moras - dulces blackberries- y las castañas abren su carcasa espinosa al golpear el suelo. Son de un marrón único: pulido, brillante e intenso.  Las ardillas están mas gordas que nunca y yo diría que con un pelaje más grisáceo que el habitual. 




Este es un prado al que voy casi todos los días. Está inculto y es muy solitario. Al fondo tiene un pequeño arroyo y un poco de bosque. Traigo a la nena a hacer lo que sabe: cazar. Una hora de olisqueo y rastreo la hace muy feliz. Que yo sepa por aqui hay conejos, faisanes, ratones y tejones. Sospecho que también zorros y erizos. Y colindando con el prado vecino, unas vacas marrones y enormes  que corren (correr, literalmente) para vernos cuando llegamos y cuya ilusión es lamer a Nana.
 


Es nuestro rinconcito. Llueva o no, al amparo del inmenso roble, con el suelo tapizado de bellotas. 




Y por las noches a veces ya sube la bruma, y vuelve el mundo húmedo y algodonoso, a mi me huele un poco dulce, incluso. La más bonita que se puede observar es al atardecer, la que sube del río. Zarcillos como manos de dedos alargados que surgen del agua y van tomando posesión de los prados.  


Sabe que en lo alto hay ardillas.



Y las arañas salen de noche. Enormes y minúsculas y todo lo intermedio y están por todas las habitaciones. Yo que me asustaba en Madrid. Ahora las ignoro si no se ponen pesadas, las saco cuando puedo y si me hacen levantar cuando ya me había metido en la cama, pues las tengo que matar. Se descuelgan a tu cabeza como Geos cuando menos te lo esperas, corretean por el techo y a veces se te suben a las rodillas en el sofá. Lo llenan todo de telas en cuestión de horas. 
Según me han informado, están todo el año viviendo en casa, lo que ocurre es que los machos abandonan sus pasajes secretos porque quieren buscar pareja, y de ahí que sean tan notorias. Sobre todo las que en casa denominamos "monstruos". 


Es cierto, las telas son de una ingeniería impresionante. Esta es una araña de jardín, obviamente. Tengo una igual en el ventanal del salón - por fuera- que creo que me hace muy buen servicio atrapando a las mosquitillas y mosquitos que quieren entrar por la ventana. 


Mi cerezo se ha vuelto rojo.



Y las Hortensias van a perder pronto la hoja. Pero han virado hacia el rosa primero, que bonito, allí no lo hacían. 





Hay cosas que sin embargo, deciden florecer ahora. Como ese arbusto semi -trepador extraño que se me ha descocado por completo. 



Eso si, ya no hay babosas apenas. Que pesadilla de babosas en verano, ronchandolo todo, dejando ese limo amarillento hasta en la ropa tendida!


Es eso extraño que tienen las estaciones, o al menos para mí. Cuando llegan, parece que ya no te puedas imaginar el mundo de otra manera.




Palitos que traigo del bosque para jugar con Nana en el patio. Le chifla un palito!  






Ahora venden, por una libra, estos rosales en miniatura, quien se resiste a poner uno en el alfeizar?







Y la Peque-Flor, después de sus paseos y sus excursiones, vuelve a hacerse una rosquilla en el edredón del salón, y vuelve a pedir que la tapes para dormir.

Nanabún atenta, outdoors.




Nanabún at ease, indoors.


Hay mucho que hacer mañana...el otoño es arrebolado y breve.....














By the way.....