No son ni las tres de la tarde. |
La luz sesgada, la luz mortecina que es penumbra de contornos borrosos y sombra:
Sombra
diluida en los setos espinosos, sombra esparcida por los arcenes,
sombra que esponja el aire hasta dejarlo gris:
La
sombra se arrebuja por los rincones y entre las ramas desnudas, en
los caminos formados de hojas negras y podridas, se arracima en las
cercas de madera pasada, en el hierro oxidado, en los tejados comidos
de verdín y en el barro congelado, en las macetas llenas de plantas
secas, en el conejo reventado por un neumático, en los bancos en los
que no se sienta nadie, en las praderas anegadas de agua, en las
toallas olvidadas que se descomponen sobre un muro y detrás de las
ventanas que no son ventanas porque no dejan pasar ni la luz ni el
aire, ya que no se abren jamás.
Porque
no es sombra, es la noche agazapada y pegada a todos los lugares,
noche que no tiene mucho deseo de descansar y solo finge por un
ratito que hay día.
Primero
ronda a ras de suelo, después está a la altura de mis rodillas, al
poco te lame el pecho y enseguida simplemente se yergue y te pone la
mano sobre la cabeza.
Simplemente
sale y lo devora todo.
Y
no se puede afirmar que sea de noche otra vez, lo que se puede
afirmar es que no ha sido de día. Esa medialuz que empaña, que
funde y emborrona, no, eso no es día. La luz eléctrica fatiga los
ojos y altera los colores y vives bajo ella. De noche. Aunque me
acabe de levantar a poner el café, ya se necesita.
Siento
deseos de cubrirme la cabeza, ignoro que consuelo es ese, pero yo lo
hallo. Me calo la capucha y me siento mejor.
Quizás
es que la noche también hace de mi su refugio.
Esto es pillar un Winterblues.
El termino oficial es Seasonal Affective Disorder ( SAD) Supongo que tiene gracia por sus siglas: Triste. Ja. Ja.